domingo, 30 de septiembre de 2007

Oráculo de Nechung

Bajando la colina desde el Monasterio Drepung a las afueras de Lhasa, se encuentra el oráculo de Nechung. A este oráculo se le consulta tradicionalmente sobre asuntos de interés para el gobierno Tibetano. Los mediaunidades (mediums) que acceden y sirven de canal a la deidad del oráculo usualmente mueren a corta edad, quizás debido al esfuerzo tan intenso que caracteriza esta experiencia. Un sombrero ceremonial enorme que pesa más de 100 libras, se coloca sobre la cabeza del mediaunidad cuando el oráculo entra a su cuerpo. El mediaunidad es capaz entonces de bailar con el sombrero puesto, como si este fuera tan liviano como una pluma. Este logro es un indicador claro de que el oráculo ha entrado.

Por supuesto, el oráculo de Nechung que al día de hoy todavía consulta Su Santidad el XIV Dalai Lama ha sido relocalizado fuera de Tibet junto al resto del gobierto Tibetano en el exilio. Pero sí existe el lugar original donde estaba ubicado el oráculo. El mismo se mantiene como un testimonio visual maravilloso de los protectores y de todo de lo que nos protegen.
El oráculo de Nechung llegó a este lugar en una caja, luego de residir como un espíritu temerario que amenezaba a los habitantes de algún otro valle en Tibet. En aquellos tiempos, un shamán que practicaba la religión Bon era llamado para remover el ser maligno. Lo hacía atrapando el espíritu maligno en una caja, la cual colocaba en el río para que fuera arrastrada por la corriente. Cuando dicha caja tocó tierra cerca del lugar hoy conocido como Nechung, el espíritu escapó y tomó vida en un árbol. Desde el árbol el espíritu retomó sus actividades de amedrentar y hacer daño a los habitantes del area. Sin embargo, en esta ocasión no se llamó a un practicante Bon, si no a un maestro Budista muy poderoso. Entonces el espíritu se convirtió al Budismo y salió ileso y sin quedar atrapado en una caja. Como resultado se materializó un pacto en donde el espíritu se convertiría en protector del Dharma y protector del gobierno Tibetano y sus guardianes.

El monasterio está repleto de murales representativos de numerosas deidades protectoras - la mayor parte de ellas sumamente atemorizantes. Según la tradición, el fondo de estas imágenes de deidades iracundas y protectoras está pintado de negro. También encontramos en las paredes algunas pinturas de ofrendas grotescas del agrado de las deidades protectoras, tales como cráneos llenos de sangre, armas, pieles de animales y otros objetos que tipicamente no encontramos en los sutras.

No hay comentarios: